Durante su vida, Rangel (1929-1988) tuvo la oportunidad de presenciar el
surgimiento y caída de modelos políticos en el mundo, de dictaduras
militares de la región, del nacimiento de la democracia en el país, del
fortalecimiento de la economía de Venezuela y de la llegada de un nuevo
medio de comunicación como lo fue la televisión, de la que se apoderó
inmediatamente junto a su segunda esposa, la también periodista Sofía
Ímber. Fue protector de la democracia y de la libertad y se mantuvo,
siempre, crítico de las fuerzas políticas que gobernaron al país a
mediados y finales del siglo XX.